domingo, 31 de marzo de 2013

Mensaje del Presidente - Domingo de Pascuas



Mensaje del Presidente

Pascua de Resurrección 2013

Y decimos “Si creemos”

Queridos hermanos y hermanas en mi mensaje en la Misa de Miércoles Ceniza  en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico les decía que la Cuaresma era un  periodo privilegiado e intenso para mirar interiormente nuestras vidas, para buscar la conversión, para hacer penitencia y también para agradecer. Al mirar la pobreza de nuestras respuestas al inmenso amor de Dios tendríamos que agradecer a Dios su fidelidad y su misericordia con cada uno de nosotros. Al final del mensaje los invitaba a que el Domingo de Pascua saliéramos a proclamar de palabra y de obra… con alegría y convencidos “Dios nos ama”… ¡Cristo resucitó y vive!

El Himno de la Hora Tercia de este Domingo de Pascua recoge nuestros sentimientos al iniciar esta gran celebración de la Resurrección de Cristo. Con alegría, seguridad  y confianza decimos:

·         ¡si!...creo que Cristo resucitó,

·         ¡si!...creo que Cristo vive,

·         ¡si!...creo que el Espíritu de Dios llenará toda la tierra,

·          ¡si!...creo que infundirá en toda persona la fuerza de la cruz,

·         ¡si!...creo que confirmará en el creyente la gracia y el perdón,

·         ¡si!...creo que reunirá a todos en la Iglesia,

·         ¡si!...soy testigo jubiloso de la resurrección,

·         ¡si!... Dios nos ama.

El Papa Francisco en su mensaje del Domingo de Pascua de Resurrección nos invitó a dejarnos transformar por la misericordia de Cristo Resucitado “Queridos hermanos y hermanas, Cristo murió y resucitó una vez para siempre y por todos, pero el poder de la resurrección, este paso de la esclavitud del mal a la libertad del bien, debe ponerse en práctica en todos los tiempos, en los momentos concretos de nuestra vida, en nuestra vida cotidiana. Cuántos desiertos debe atravesar el ser humano también hoy. Sobre todo el desierto que está dentro de él, cuando falta el amor de Dios y del prójimo, cuando no se es consciente de ser custodio de todo lo que el Creador nos ha dado y nos da. Pero la misericordia de Dios puede hacer florecer hasta la tierra más árida, puede hacer revivir incluso a los huesos secos (cf. Ez 37,1-14).  He aquí, pues, la invitación que hago a todos: Acojamos la gracia de la Resurrección de Cristo. Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejemos que la fuerza de su amor transforme también nuestras vidas; y hagámonos instrumentos de esta misericordia, cauces a través de los cuales Dios pueda regar la tierra, custodiar toda la creación y hacer florecer la justicia y la paz.”

Si hermanos y hermanas… Cristo nos convoca a la alegría del que sabe que fuimos liberados por siempre y que tenemos razones para estar alegres… muy alegres. “Acojamos la gracia de la Resurrección de Cristo” y   comprometámonos a comunicarlo a todos como la Buena Noticia que recibimos y a ser fieles custodios de la creación de Dios.